El siglo XIX fue un período de transformaciones radicales. La Revolución Industrial había reconfigurado el paisaje social y económico de Europa, generando una riqueza sin precedentes para unos pocos y una miseria y explotación generalizadas para la mayoría. En este contexto de fábricas humeantes y ciudades superpobladas, surgieron voces que se atrevieron a imaginar un mundo diferente.
Una de las más influyentes fue la de Robert Owen, un industrial galés cuyo nombre daría lugar a una doctrina social y a un movimiento: el Owenismo.
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¿Qué es el Owenismo?
El Owenismo es un conjunto de ideas y prácticas sociales, educativas y económicas basadas en el pensamiento de Robert Owen (1771-1858). A diferencia de otros socialistas utópicos que solo teorizaban, Owen fue un hombre de acción que puso su fortuna y su reputación en juego para demostrar que sus ideas podían funcionar en la práctica.

La premisa fundamental del Owenismo es que el carácter del ser humano es producto de su entorno. Owen argumentaba que, si las personas vivían en la pobreza, la ignorancia y el vicio, no era por una deficiencia moral inherente, sino porque el sistema social estaba diseñado para producir esos resultados.
Por lo tanto, si se modificaba el entorno, creando comunidades basadas en la cooperación, la educación y condiciones de vida dignas— se podría formar a individuos racionales, virtuosos y felices. El Owenismo fue, en esencia, un intento de aplicar la razón y la ciencia a la organización de la sociedad para erradicar los males del capitalismo industrial temprano.
Características Principales del Owenismo
El pensamiento de Owen era integral y abarcaba todos los aspectos de la vida humana. Sus características más destacadas son:
- Determinismo Ambiental: Como se mencionó, esta es la piedra angular. Owen creía firmemente en la maleabilidad de la naturaleza humana. Para él, no existían personas “malas” por naturaleza, sino entornos que las corrompían. Esto le llevó a defender reformas sociales profundas con un optimismo inusual para su época.
- Cooperativismo y Comunitarismo: Owen propuso la creación de “Villages of Unity and Mutual Cooperation” (Aldeas de Unidad y Cooperación Mutua). Estas comunidades, a menudo representadas en planos geométricos (como cuadrados o paralelogramos), serían autosuficientes. Los medios de producción serían de propiedad colectiva, y los beneficios se distribuirían de manera equitativa entre todos los miembros, eliminando la lucha de clases y la explotación.
- Reforma Educativa Radical: La educación era la herramienta clave para forjar el “nuevo carácter moral”. Owen abogaba por una educación pública, gratuita, universal y no sectaria desde la primera infancia. Sorprendentemente moderno para su tiempo, promovía el aprendizaje sin castigos físicos, el juego al aire libre, el baile, la música y una instrucción que combinaba el conocimiento intelectual con las habilidades prácticas. Fue un pionero de la educación infantil.
- Mejora de las Condiciones Laborales: Como gerente de las fábricas de New Lanark en Escocia, Owen demostró que tratar bien a los trabajadores era buen negocio. Redujo la jornada laboral, se negó a emplear niños muy pequeños, mejoró las viviendas de los obreros, proporcionó atención médica y creó tiendas donde podían comprar alimentos a precios justos. Esto le granjeó una enorme fama y demostró que la rentabilidad no dependía de la explotación extrema.
- Reforma Social y Moral: El Owenismo era profundamente secular. Owen criticaba abiertamente a las religiones organizadas, a las que consideraba un obstáculo para el progreso y una fuente de superstición y división. Creía que una moralidad basada en la razón y la solidaridad humana era superior a cualquier moralidad religiosa. También fue un defensor temprano de los derechos de la mujer y del divorcio, ideas extremadamente avanzadas para la sociedad victoriana.
- Reorganización del Comercio: Owen propuso un sistema donde el valor de los productos se midiera por el trabajo necesario para producirlos, no por el capricho del mercado. Esto inspiraría más tarde a otros pensadores socialistas y sentó las bases para el concepto de “billetes de trabajo” (labour notes), una moneda alternativa basada en horas de trabajo.
Ejemplos del Owenismo en Acción
La grandeza del Owenismo reside en que no se quedó en el papel. Owen invirtió su capital en varios experimentos prácticos para demostrar la viabilidad de sus ideas:
- New Lanark (Escocia): Este es el ejemplo más exitoso y famoso. Entre 1800 y 1825, Owen transformó estas fábricas de hilado de algodón en un modelo de comunidad industrial. New Lanark se convirtió en una atracción internacional, visitada por reformadores, políticos e incluso la realeza. La productividad aumentó, la criminalidad descendió y la comunidad prosperó, siendo un testimonio viviente de que el capitalismo podía ser más humano. Hoy es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
- New Harmony (Indiana, EE.UU.): Desilusionado con la falta de receptividad en Gran Bretaña, Owen vendió su participación en New Lanark y compró una comunidad religiosa existente en Estados Unidos para fundar, en 1825, la “Comunidad de New Harmony”. Este experimento es un ejemplo de los límites del Owenismo. A pesar de atraer a intelectuales y científicos brillantes, la comunidad se vio plagada de disputas internas, falta de habilidades prácticas entre sus miembros y una planificación insuficiente. New Harmony fracasó como comunidad owenista después de solo dos años, pero dejó un legado importante en el campo de la educación y la ciencia en Estados Unidos.
- Las Sociedades Cooperativas y Sindicatos: El legado más duradero del Owenismo no son sus comunidades utópicas, sino su influencia en el movimiento obrero. Owen inspiró la creación de numerosas sociedades cooperativas de consumo, donde los trabajadores se unían para comprar productos básicos a precios menores, evitando a los intermediarios. También fue fundamental en la fundación de los primeros sindicatos nacionales en Gran Bretaña, como el “Grand National Consolidated Trades Union” (1834), que, aunque de corta duración, sentó un precedente crucial para la organización de la clase trabajadora.
Conclusión
El Owenismo, como movimiento específico, se desvaneció tras el fracaso de New Harmony y otros experimentos similares. Sus comunidades utópicas no lograron sostenerse a largo plazo en un mundo que se industrializaba bajo reglas capitalistas agresivas.
Sin embargo, su legado es inmenso. Robert Owen fue un visionario que plantó las semillas de movimientos que definirían los siglos XIX y XX. Su énfasis en la cooperación dio un impulso decisivo al movimiento cooperativo mundial, que hoy cuenta con cientos de millones de miembros. Su lucha por mejorar las condiciones laborales allanó el camino para el sindicalismo moderno. Sus ideas educativas progresistas influyeron en pedagogos posteriores.
El Owenismo nos recuerda el poder de la utopía como fuerza motriz del cambio. Aunque sus experimentos comunitarios no prosperaron, demostraron que otro mundo era imaginable y, lo que es más importante, que valía la pena luchar por él. En un mundo que aún enfrenta profundas desigualdades, el mensaje central del Owenismo, que podemos y debemos construir un entorno que permita a todas las personas florecer, sigue tan vigente como hace doscientos años.
