En el vasto panorama del pensamiento económico, pocas corrientes han tenido un impacto tan profundo y duradero como el marginalismo. Surgido simultáneamente por tres economistas (Jevons, Menger y Walras) en la década de 1870, este enfoque revolucionó la teoría económica al desplazar el análisis desde los promedios y las cantidades totales hacia cambios incrementales y decisiones tomadas “en el margen”.
Comprender el marginalismo es esencial para descifrar cómo individuos y empresas toman decisiones cotidianas que configuran mercados y economías enteras.
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¿Qué es el Marginalismo?
El marginalismo es, fundamentalmente, una metodología de análisis económico. Propone que el valor económico, las decisiones de consumo, producción e inversión, y la asignación de recursos, se determinan evaluando los efectos de pequeños cambios incrementales (o “marginales”) en las cantidades involucradas.
La esencia del concepto:
- Enfoque en lo “adicional”: No importa el valor total o promedio, sino lo que aporta la última unidad consumida o producida.
- Analogía clásica: Imagina beber vasos de agua en un día caluroso:
- El primer vaso genera enorme satisfacción (utilidad alta).
- El segundo ofrece menos satisfacción adicional.
- El tercero podría ser innecesario.
- El marginalismo analiza el beneficio/costo de ese vaso adicional específico.
Esta perspectiva rompió con teorías clásicas (como la del valor-trabajo de Ricardo o Marx), que vinculaban el valor únicamente a los costos de producción. El marginalismo demostró que el valor es subjetivo y depende de la utilidad que los bienes brindan a los consumidores en contextos específicos de escasez.
Características Fundamentales
Sus principales características son:
- El Enfoque en el Margen:
- Toda decisión económica racional compara el beneficio adicional (utilidad marginal, ingreso marginal) contra el costo adicional (costo marginal) de una unidad más.
- Regla de oro: Si el beneficio marginal > costo marginal, la acción es rentable. El óptimo se alcanza cuando Beneficio Marginal = Costo Marginal.
- Utilidad Marginal Decreciente:
- Ley psicológica clave: A medida que se consume más de un mismo bien, la satisfacción por cada unidad adicional disminuye.
- Ejemplo: La primera rebanada de pizza es exquisita; la cuarta genera saciedad; la sexta podría causar malestar.
- Esto explica por qué la curva de demanda es decreciente: a mayor precio, menor cantidad demandada (y viceversa).
- Subjetividad del Valor:
- El valor no es intrínseco al bien ni depende solo del trabajo invertido.
- Se determina por la valoración individual basada en la utilidad marginal que el bien proporciona en un contexto de escasez.
- Análisis de Elección y Equilibrio:
- Consumidores: Distribuyen su ingreso para igualar la utilidad marginal por peso/dólar/euro gastado en todos los bienes.
- Empresas: Producen hasta donde Ingreso Marginal = Costo Marginal para maximizar beneficios.
- Énfasis en Demanda y Escasez:
- El marginalismo colocó al consumidor y sus preferencias en el centro, complementando el enfoque clásico en la oferta y costos.
- La escasez relativa se vuelve crucial: un bien abundante tiene baja utilidad marginal (agua), uno escaso tiene alta utilidad marginal (diamantes).
Ejemplos Prácticos: Marginalismo en Acción
- Decisión de Consumo (Café)
- Situación: Tomas 2 cafés diarios ($2.00 c/u). ¿Comprarías un tercero en oferta a $1?50?
- Análisis marginalista:
- No decides por el “costo promedio” del café.
- Te preguntas: ¿El placer del tercer café vale más de $1.50 para mí?
- Si la utilidad marginal de ese café adicional supera $1.50, lo compras. Si no, lo rechazas.
- Conclusión: La utilidad marginal decreciente hace que el tercer café sea menos valioso que el primero.
- La Paradoja del Agua y los Diamantes
- Paradoja: ¿Por qué el agua (esencial para la vida) es barata, mientras diamantes (lujos) son caros?
- Solución marginalista:
- Agua: Abundante → su utilidad marginal (valor de la última gota disponible) es baja.
- Diamantes: Escasos → su utilidad marginal es altísima.
- Clave: El precio refleja la utilidad marginal, no la utilidad total. El agua tiene alta utilidad total pero baja marginal; los diamantes tienen baja utilidad total pero altísima marginal.
- Producción Empresarial (Camisetas)
- Situación: Una fábrica debe decidir si produce una camiseta más.
- Análisis marginalista:
- Ingreso Marginal (IM): Dinero extra por vender esa camiseta adicional (ej: $10).
- Costo Marginal (CM): Costo extra de producirla (ej: $7 en tela, mano de obra, energía).
- Si IM ($10) > CM ($7) → Producirla aumenta beneficios.
- Si CM ($12) > IM ($10) → Producirla reduce beneficios.
- Equilibrio: La empresa maximiza beneficios donde IM = CM.
- Elección entre Bienes (Agua vs. Refresco)
- Situación: Tienes $5. Agua: $1/botella; Refresco: $2/lata.
- Análisis marginalista:
- No eliges por “cuál te gusta más en general”.
- Comparas utilidad marginal por dólar gastado:
- Si el primer refresco te da 20 unidades de utilidad ($2), su utilidad marginal por dólar es 10.
- Si la primera agua te da 8 unidades ($1), su utilidad marginal por dólar es 8.
- Inviertes en refresco primero (mayor utilidad marginal por dólar). Luego reevalúas con los $ restantes.
- Oferta de Trabajo
- Situación: ¿Trabajar una hora extra por $20?
- Análisis marginalista:
- Beneficio marginal: $20 adicionales.
- Costo marginal: Utilidad perdida del ocio/descanso sacrificado (ej: valoras tu hora libre en $25).
- Si $20 < $25 → No trabajas la hora extra.
- Si el pago sube a $30 → $30 > $25 → Aceptas.
Conclusión
El marginalismo no fue una teoría más: fue la piedra angular de la microeconomía moderna. Al centrarse en decisiones incrementales y la utilidad subjetiva en el margen, transformó cómo entendemos:
- La formación de precios (basada en escasez y valor subjetivo).
- La conducta del consumidor (asignación óptima de recursos limitados).
- La eficiencia productiva (equilibrio IM=CM).
Conceptos como utilidad marginal decreciente, costo marginal e ingreso marginal son herramientas cotidianas para economistas, empresarios y hasta consumidores. Cada vez que eliges comprar un café adicional, negocias un salario o lanzas un producto nuevo, aplicas consciente o inconscientemente el pensamiento marginalista.
En un mundo de recursos escasos y necesidades ilimitadas, el marginalismo sigue siendo la lente fundamental para analizar la elección racional. Su legado perdura no solo en aulas académicas, sino en cada decisión económica que impulsa mercados y sociedades.
Como dijo Alfred Marshall (síntesis del marginalismo): “El costo determina la oferta; la utilidad marginal determina la demanda”. Y en esa intersección, nace el equilibrio económico.